Algunas acciones que podemos hacer para evitar la extinción de animales:
Prohibir la caza de animales: esta medida es muy importante porque la cacería ha puesto a muchas especies en peligro.
La caza de animales:
La caza de animales. La caza de los animales es legal cuando se mata de forma controlada y
respetando los límites que marca la ley de cada país; es ilegal (furtiva)
cuando se practica de forma diferente a la que marca la ley, sea cual sea la
diferencia. Aun respetando los límites marcados por la ley, hay ciertos daños
colaterales que pueden ir unidos a la caza legal, como ejemplares heridos que
no han podido ser cobrados y agonizan durante horas o días hasta su muerte, o
galgos ahorcados por un mal día o una mala temporada de caza. Cada año mueren
miles de animales víctimas de la caza no reglamentada y el comercio ilegal de
especies salvajes. Existen varias modalidades de caza. La caza menor de
animales de pequeño tamaño tales, como la perdiz, la tórtola, el conejo,
ciertas aves acuáticas y especies migratorias. Para ese tipo de caza el hombre
utiliza otros animales: perros, hurones y aves rapaces. El uso de perros es
necesario prácticamente en todas las modalidades de caza, tanto menor como
mayor. Otro tipo, es la cacería de animales salvajes con cepos. Acto cruel e
inhumano. Cuando el animal pisa esta trampa se disparan dos piezas que atrapan
fuertemente una de sus patas de forma dolorosa, impidiendo que el animal pueda
escapar. Muchas veces quedan atrapados y a menudo pierden parte de su dentadura
al roer y morder desesperadamente el metal de la trampa. En otras ocasiones, de
tanto empujar y forzar, para poder escapar del cepo, se muerden la pata, hasta el punto de
arrancársela. Lo más inhumano de esto, es que se maltratan a los animales, por
pura diversión, deporte o para comercializar las pieles de muchos de ellos.
Existen
otras formas de cazar animales, más crueles aún, como la caza de focas. Estas
especies han sufrido una grave presión durante años, debido a la explotación
comercial a la que han sido sometidas por sus pieles, su carne y su grasa. Cada
año, tiene lugar la mayor carnicería mundial de mamíferos. Cientos de miles de
focas, de entre 12 días y 12 meses de edad, mueren a golpes para que su
preciada piel y su grasa lleguen al mercado
como productos de lujo, dietéticos o afrodisíacos. Resulta curioso
cómo algunos cazadores atribuyen a la caza un carácter deportivo, noble y en
ocasiones casi místico, al entender la naturaleza como elemento temible y
poderoso al que hay que doblegar y vencer. Según la Real Academia Española, el
deporte es definido como "actividad física, ejercida como juego o
competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas". Siendo
característica de la caza matar con unos medios muy superiores a los de los
animales perseguidos, nada tiene que ver con un deporte. La supuesta sujeción a
normas que implica un deporte ocurre en este caso de forma unilateral; los
animales nada tienen que ver con ella ni su participación es elegida. Es tal
desigualdad de condiciones que este ¿deporte? no supone estrategia,
entrenamiento, juego ni competición, por lo que no se corresponde a la
definición de deporte. La caza sería un deporte si los animales pudieran
también utilizar escopetas.
Ejemplares heridos y no cobrados. Algunos ejemplares son heridos en la
cacería y al no haber podido ser cobrados resultan seriamente lesionados,
quedando comprometida su supervivencia; aquellos que han sido gravemente
heridos agonizan durante horas o días hasta su muerte. Galgos ahorcados.
Decenas de galgos acaban siendo ahorcados por sus propios amos por no haber
estado a la altura de una buena temporada de caza. Los ignorantes que cometen
esta atrocidad pretenden castigar ejemplarmente a sus animales -aunque después
de muertos de nada sirva el ejemplo-, dejándolos colgados por el cuello de un
árbol de modo que pueden tocar el suelo de puntillas; el galgo puede tardar
hasta una semana en morir. Bajo un sol de justicia, desfallecen antes por
agotamiento, deshidratación y hambre que por asfixia. Cuando caen por el
agotamiento se produce la asfixia, liberando al animal de la tortura a la que
ha sido sometido por su amo, cuyo último regalo a su perro ha sido esta lenta
agonía.
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